Hay diversos mecanismos para asegurar la calidad de una traducción. Yo hago un control de rutina en todas mis traducciones. Este control implica la lectura crítica y comparada de ambos textos (en inglés y español) al término del proceso de traducción, segmento por segmento, y una lectura del texto definitivo monolingüe a la mañana siguiente. Estas lecturas tienen por objeto revisar y corregir los siguientes elementos:
- Revisar que todas las partes del documento fueron traducidas.
- Revisar errores gramaticales/ortografía.
- Revisar errores de concepto.
- Revisar los estilos.
- Revisar nomenclatura y localización (lenguaje adecuado para un país o variedad de idioma).
- Verificar que se aplicaron las condiciones establecidas por el cliente.
- Revisar fluidez y naturalidad de la lectura.
En algunos casos, ya sea que el cliente lo solicite o las características del documento lo requiera, entrego un servicio de doble control de calidad. Una vez traducido el documento es enviado a un segundo traductor quién revisa y evalúa la precisión de la traducción, lo cual tiene un costo adicional. Esto es recomendable en documentos sensibles o que impliquen obligaciones legales, y/o incluyan textos complejos de tres o más especialidades diferentes.