La ausencia de información clave para comparar las distintas carreras de traducción en Chile,
especialmente el número de créditos u horas de clase semanales dedicadas al aprendizaje del idioma extranjero, es un reflejo de la
falta de transparencia del sistema universitario, su enfoque predominantemente comercial, y posiblemente, en algunos casos, un afán de
engaño. Esto es particularmente significativo si consideramos que el número de reclamos contra universidades
ha aumentado un 30% en el último tiempo (Ver: Estudio
del SERNAC) y en un 73.6% dichos reclamos tienen relación con “incumplimiento de las condiciones contratadas”, “mala calidad
del servicio” y “publicidad engañosa”.
Otro elemento fundamental en una carrera de traducción, además de la intensidad de la enseñanza del idioma extranjero, es un diagnóstico
inicial de los conocimientos de ese idioma para poder aplicar una enseñanza diferenciada, personalizada, de dicho idioma y alcanzar
una nivelación de todos los estudiantes y un nivel mínimo de egreso, de acuerdo con las recomendaciones de los expertos (Ver:
Competencias). A falta de estos, debiera exigirse como requisito de ingreso mínimo un determinado nivel de
competencia en los idiomas, acorde con las horas de enseñanza del programa que permitirían que los estudiantes egresen con el nivel mínimo
recomendado por los expertos.
Por otro lado, estas escuelas debieran establecer explícitamente (cosa que no hacen), de manera que sus estudiantes tengan muy
claro, que:
- Un egresado no posee las herramientas suficientes para actuar inmediatamente como traductor independiente, salvo con temas
muy generales o simples. Antes de poseer las competencias suficientes para esa función debe trabajar bajo la supervisión de un
traductor más experimentado, en un equipo de traducción o en una empresa que puede aportar ese tipo de apoyo de aprendizaje
en el trabajo, por al menos 3 años (no bastan 6 meses de práctica profesional). Un médico recién egresado no pasa directamente al
ejercicio privado, debe cumplir varios internados bajo supervisión. Igual con muchas otras profesiones. Y con todo el respeto que nos
merecen esas profesiones, la de traductor también toca temas complejos pudiendo afectar la situación legal, emocional y de salud
de otras personas.
- Un egresado de una carrera de traducción no puede realizar traducción inversa si no posee las competencias de idioma mínimas.
Es evidente que los egresados de carreras de traducción no poseen las competencias necesarias cuando el idioma meta es su segundo o tercer
idioma, ya que para alcanzar el nivel de sofisticación requerido se requiere un período largo de inmersión en el idioma y su cultura, o ser
capaz de demostrar tal nivel de sofisticación. Un semestre en un país extranjero ayuda, pero no es suficiente.
La información que se indica arriba (examen de idioma al ingreso, horas semanales de enseñanza del idioma y examen de idioma al egreso) es sustancial para comparar los distintos programas de traducción, por lo tanto, cualquier interesado en estudiar dichas carreras debiera poder acceder a dicha información sin obstáculos, lo que sin duda está comprendido en la ley de defensa del consumidor, y en la ley de transparencia (para las instituciones públicas). Sin embargo, una consulta formal realizada a las Jefas(es) de Carrera de las universidades indicadas abajo arrojó una sola respuesta después de 20 días. La respuesta recibida fue: “no pu(e)do hacer entrega de información a quien simplemente la solicite” (Marcia Adams M., Universidad de Los Lagos) además de interrogar al autor de ésta sobre su "autoridad" para hacer semejante consulta.
Dado que el “negocio de la educación” y las propuestas de marketing seguramente llevan a que las universidades pongan sobre la parrilla (Internet) lo mejor que pueden ofrecer, es de suponer que no se reservan información que podría atraer potenciales alumnos, como ser practicas en países extranjeros, exámenes internacionales o cualquier otro factor de diferenciación, por lo tanto, probablemente lo que se detalla abajo es lo que hay.
- Las únicas que realizan algún tipo de examen de diagnóstico inicial son: la Universidad Chileno-Británica; el Instituto Profesional
EATRI; y la Universidad Arturo Prat.
- La única que ofrece clases adicionales para nivelación de los conocimientos del idioma extranjero es EATRI, aunque con carácter
optativo. No parece ser obligatorio nivelarse.
- La única que entrega un examen final para establecer el nivel de idiomas de sus egresados es el Instituto Profesional Norteamericano.
Aunque el examen ECCE (nivel B2 del MCERL) no mide conocimientos avanzados, posiblemente es una buena base para un traductor que
se inicia en la profesión, traduciendo desde el inglés al español.
- La Universidad UCINF menciona que sus alumnos egresan con un nivel de inglés equivalente al CAE (nivel C1 del MCERL) pero no indica
cómo se verifica dicha aseveración. Si esto fuera cierto, sería un elemento a destacar.
- Sólo dos instituciones, la Universidad Chileno-Británica y la Universidad de Atacama, publican el número de horas o créditos dedicados
a la enseñanza específica del inglés. Si he realizado correctamente las equivalencias, 1400 hrs estaría dentro de lo recomendado
como mínimo por la Center for Applied Linguistics (CAL)1 para alguien que se inicia en la profesión (nivel B2 del MCERL).
- La Universidad Chileno-Británica, la UNIACC, el Instituto Profesional EATRI, INACAP y la Universidad de La Serena aseguran que
al egreso sus estudiantes están capacitados para traducir en forma inversa, del español al inglés. Dado que estas instituciones
no proveen la inmersión prolongada de sus estudiantes en la cultura e idioma (permanencia prolongada en un país del idioma) antes
del egreso, ni verifican que han alcanzado un nivel equivalente o superior al C2 del MCERL, esta oferta, a todas luces, supera
las recomendaciones de los expertos.
- De las universidades tradicionales, especialmente la Universidad de Concepción y la de Valparaíso, con una tradición de décadas en la enseñanza
de idiomas, es una lástima la falta de información disponible. Tal vez no están en el “negocio de la educación” y se reservan sus mejores
activos.
- No se analiza aquí el caso de la Universidad Católica de Chile, la que no ofrece una carrera de traducción en pregrado, sino
sólo una Maestría en traducción. Lamentablemente, por sus requisitos se automargina de la realidad histórica, en que los traductores
en ejercicio no poseen necesariamente un título en disciplinas afines, sin embargo, su función puede ser un buen catalizador
para nivelar en un nivel de competencia suficiente a titulados provenientes de las carreras que se indican abajo y otros.